-Dementia-

Relato inspirado en Alias Grace.

Acaricié la madera húmeda de las escaleras de aquella casa que daban a unas vistas que nunca pensé que contemplaría, pude respirar el aire frío y nítido característico de tempranas mañanas y dejé que el sol anaranjado me fuese templando las mejillas, mientras me arrodillaba al lado de un leño de madera.

Rocé con mis dedos unas rosas de pétalos mojados que me recordaron inevitablemente a todo el tiempo derrochado secando lágrimas que cada vez me dejaban ese sabor salado que alimentaba mi curiosidad por saber el porqué de aquel gusto. Estuve, una vez, decidida a cambiar por todos aquellos que me observaban salvaje, oscura, peligrosa… Pero mi mente, como yo siempre supe y se, siempre cuerda aunque delirante en algunos momentos, me obligó a ser fiel, a ceder la oportunidad a las masas de que cavilaran lo que desearan.

Mi pelo castaño claro danzaba con la suave brisa que había despertado en aquel amanecer, mientras mis labios sellaban secretos que nunca rebelaría, más sombríos que un bosque repleto de abetos tan elevados que esconden los rayos de luz. Que contradicción que más adelante pudiera confiar en alguien, confiar, un término que nunca pensé que podría entender.



Él me alejó poco a poco de la oscuridad que me consumía, con sus ropas, sus ojos cansados de investigar en archivos por las noches mi caso de demencia y semblante criminal, removía algo dentro de mí, una sensación extraña pero excitante. En el exterior hacía ver su carácter más formal, sin mucho sentimiento, aunque yo pude distinguir, por mi habilidosa intuición que nadie espera por catalogar mi tipo de cordura “no aceptable”, su alma protectora, preocupada. Descubrí que él tenía asimismo un secreto, uno más profundo que los míos. Solo yo pude descifrarlo, sus gestos y mirada lo delataban.


Seguí, ahora tumbada, en la hierba suave del jardín que me rodeaba, manchando mi vestido de tierra, pero no me importaba. Oía solamente mi respiración, entretanto, discurría en él, en sus manos, que en mi sueño tanteaban mis caderas y hacían que mi piel se erizase, sabía que aquella escena formaba parte de su secreto también. Por ello mismo, ahora sí que me encuentro en un estado de locura, pero distinto, me atemoriza caer en ella, aunque algunos la llaman amor.


MUCHO AMOR
-Victoria-

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9 comentarios:

  1. Maravilloso relato, lleno de dulzura y una fuerza interior que absorbe...

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  2. Bravo! Siempre intento leer tu blog, es maravilloso y cada día te superas. Gracias por compartir tus relatos y hacernos soñar.

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  3. Me encanta, Victoria. Me gusta mucho como expresas tus sentimientos. Disfruto leyendo tus relatos, me transmiten paz. Un beso.

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  4. La verdad esque no suelo pasarme mucho por tu blog, pero ten claro que de ahora en adelante con relatos como estae estaré más atenta a lo que subes. Buenas noches.

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  5. Me encanta leer las cosas que escribes. Espero que pronto vuelvas a publicar. Eres genial!

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